Casa de pueblo de antigua construcción, hecha en pizarra y piedra con más de 100 años de antigüedad. Se restauró en su totalidad en 2006 conservando todo el encanto, manteniendo la distribución antigua tal y como estaba pero con espacios habilitados ahora para otros fines. Dos plantas con superficie lo suficientemente grandes para disfrutar de sus espacios. Abajo tiene 1 gran salón con chimenea y patio con barbacoa y jardín, cocina completa con espacio para comer y un dormitorio. Y en la planta de arriba 3 habiaciones dobles con estilo propio. Situada en el centro del pueblo con un entorno maravilloso, no en vano, estamos dentro del parque natural de la “Sierra Norte”.

Pegado a la casa, tienes el río Sorbe, junto al pantano de Beleña. Todo rodeado de pinos, robles, encinas y jaras, hacen que cualquier época del año sea buena para visitar la zona. Los baños en el río o pantano durante el calor, la recogida de níscalos u otras setas en otoño e invierno o disfrutar de la blanca floración de las jaras en primavera. Disfrutar del avistamieto de aves o senderismo fotográfico durante todo el año. Para los más inquietos, por la puerta transcurre la ruta GR-10 junto a otras rutas podremos realizar a pie o en bicicleta, visitar Sacendoncillo (pueblo abandonado). Además podemos organizar una visita guiada por una de las bodegas más prestigiosas o poder disfrutar de un rato en piragua por el pantano del Vado.

Ya con desplazamiento en vehículo, en un radio de 30 Km te proponemos visitar gran cantidad de lugares interesantes de los alrededores. Desde realizar la tradicional ruta de la “Arquitectura Negra”, Valverde de los Arroyos con el sato de Pañalara o incluso subir el Pico Ocejón (de 2050 mt). Y en un radio de no más de 60 Km podremos acercarnos a visitar el parque natural del “Hayedo de la Tejera Negra”, el hayedo más septentrional de Europa, realizar la “ruta de las Serranías” o recorrer parte de la “ruta del Quijote” o de la "ruta del Cid". Todo esto siempre sin olvidar la rica gastronomía de la zona en la que disfrutar platos tan clásicos como el cabrito asado o el estofado de jabalí con níscalos.